Candelabro escultórico de Göran Wärff para Kosta Boda, Suecia, 70s.
Este candelabro encarna la interacción poética entre forma y función, característica del distinguido lenguaje de diseño de Göran Wärff para Kosta Boda a finales del siglo XX. Su silueta escultural, elaborada en vidrio soplado, revela una elegancia orgánica donde las suaves curvas convergen en un equilibrio armonioso.
Más que un simple recipiente para la luz, esta pieza actúa como una escultura luminosa: su superficie de vidrio texturizado refracta y suaviza el resplandor de la vela, evocando un momento de serenidad y reflexión. Con raíces en la reverencia del diseño escandinavo por la naturaleza y la artesanía, este candelabro transmite una resonancia emocional: un homenaje a la luz como presencia material y elemento conector de espacios íntimos.
Con una simplicidad atemporal, invita a una experiencia sensorial, evocando calidez, tacto y la sutil poesía de las sombras. Un objeto coleccionable que une la herencia del arte del vidrio sueco con la apreciación contemporánea del diseño como arte.
ESPECIFICACIONES DEL OBJETO
PRODUCTO: Candelabro
DISEÑADOR: Göran Wärff
FABRICANTE: Kosta Boda
ORIGEN: Suecia
PERIODO: década de 1970
MATERIAL Y TÉCNICA: Vidrio prensado
COLOR: Transparente
TEXTURA: Forma fluida y suavemente esculpida
CONDICIÓN: Estado excepcional, sin usar; etiqueta original del fabricante
DIMENSIONES: (+/-) Alto: 7 cm; Diámetro: 11 cm

Göran Wärff
Göran Wärff (1933-2022), nacido en Slite, Gotland, fue una figura clave del diseño de vidrio sueco contemporáneo. Su colaboración con Kosta Boda definió un lenguaje formal donde la luz y la naturaleza se convierten en materia tangible. Sus icónicas colecciones condensan su maestría al capturar el mar, el aire y el juego de luz en cada pieza.
La naturaleza y el juego de luz que en ella se respira fueron sus principales fuentes de inspiración. Su obra se caracteriza por una profunda comprensión del vidrio como material, buscando siempre capturar la luz, el mar y el aire en cada pieza. Los objetos de Wärff no solo sirven, sino que evocan: el vidrio se convierte en un paisaje efímero, una atmósfera suspendida en el tiempo, fruto de un diálogo íntimo entre el diseño y la naturaleza.